Domingo posa.

Domingo ya se acostumbra a mi presencia y accede a “posar”. Es realmente maravillosa la experiencia de poder pintar un pajarito en vivo. Sus colores son asombrosos y los matices de los verdes tan sutiles y luminosos que lo convierten en una verdadera joya. Pero más allá de su apariencia esta la energía y personalidad de tan particular visitante. Retratar esta parte de el es otro asunto.

2 comentarios:

BeTina dijo...

Ya lo creo... una hermosa experiencia...tenerlo así tan cerca y poder observarlo. Aquí hay muchos "Domingos" por la zona... todos ellos en sus nidos, que sobresalen del resto por la "maraña" de ramitas y pinocha que usan para construirlos en las ramas de los eucaliptos y pinos del lugar. Escucho su "parloteo" todas las mañanas y los atardeceres y los puedo ver tras la ventana o a una distancia prudencial, ya que apenas ven indicios humanos vuelan para observarte desde lo alto.
Saludos de otoño, desde el bosque mar:
BeT

AVIS dijo...

Bet muchas gracias por tus palabras...aunque es ahora que estoy reeditando el blog, cuando leo tu comentario...Tarde pero bonito. Saludos.